Parejas Singles

Cada vez son más las personas que separan su vida personal de su vida afectiva. :: PEXELS

Parece una contradicción enfrentar un término como pareja que implica dos personas, con el anglicismo ‘single’, que traducido al español es soltero. ‘Parejas solteras’, solteros con pareja... Llámele como quiera, pero sepa que es una tendencia de relación real. ¿Cómo puede ser? Lo es, y con este término se puede definir a las parejas que mantienen una relación afectiva e íntima, pero que sin embargo, llevan vidas independientes. Algo así como, tú en tu casa, yo en la mía y Dios en la de todos. Un tipo de relación que lejos de parecer rara, cada vez se impone más no sólo entre las personas divorciadas que tienen compromisos familiares y laborales, sino también entre los jóvenes que no desean romper con su vida social y mantener unas parcelas de privacidad, que bajo un mismo techo, no se podría tener.


¿Pero de verdad esto puede funcionar? No sólo funciona sino que además las parejas que viven así están encantadas porque aseguran ser muy felices. “De entrada te quitas los problemas de las tareas domésticas” afirma Ana, una amiga que lleva una vida ‘single’ con su actual pareja. Ya llevan cuatro años juntos y asegura que apenas discute con él porque tienen muy claro que cuando están juntos es para disfrutar del poco tiempo que tienen libre. “No se trata de eludir responsabilidades, sino de permitir que cada uno pueda atender sus obligaciones sin suponer una carga para el otro”, comenta Ana, que tiene a su cargo tres hijos en edad escolar y un trabajo a media jornada que apenas le deja tiempo como para poder dedicarse en cuerpo y alma a su pareja. “Ahora mismo es imposible, pero en un futuro cuando mis hijos vuelen, si él está conmigo, tal vez sea el momento de convivir juntos”. Ana sostiene que iniciar una relación después de un divorcio no es lo mismo que hacerlo cuando se es joven. “No se empieza de cero sino con una cuenta que suma bastante. Tanto como tres hijos y para ser sincera, te guste o no, es un problema para tener una pareja”. Cuando ella empezó con su actual pareja tras varias experiencias para olvidar, tuvo muy claro que su familia era lo primero pero que tampoco tenía que suponer un problema para el que llegara. “Por ello trato de mantener mi vida como madre por un lado, y con mi pareja por otro, y funciona”.

“No quiero ser una carga para mi pareja y espero lo mismo de él”

Ana no es un caso único. Como ella hay muchas personas que arrastran responsabilidades familiares de relaciones anteriores y saben que ello puede suponer un problema para iniciar una relación con una nueva pareja. “A estas altura de la vida todos tenemos algún peaje que hace más difícil casar con alguien”, comenta Pedro, divorciado y padre de dos hijas cuya custodia tiene su exmujer. “Si no son los hijos, es el trabajo. Al final el tiempo es el bien más preciado y con la edad te das cuenta que es muy escaso”. Pedro trabaja de ejecutivo en una entidad financiera y apenas dispone de tiempo libre para llevar su vida en orden. Mantiene desde hace ocho años una relación afectiva con una mujer divorciada y ambos viven una vida ‘single’ sin más problemas “que algún que otro arranque de celos”, comenta con una sonrisa Pedro. “Somos uña y carne. Con mi anterior matrimonio no duramos ni seis años. Con ella ya vamos para nueve”, afirma Pedro, que salvo en vacaciones, algún que otro puente y findes alternos, no ha convivido un mes entero con ella bajo el mismo techo. “Tal vez el secreto de nuestro éxito consista en respetar nuestra libertad, o como dice Woody Allen, en no habernos casado, que es la principal causa del divorcio”, sentencia con guasa Pedro.

Un aspecto común que se repite en la mayoría de las relaciones ‘singles’ es el hecho de no descartar la convivencia si las circunstancias personales o laborales lo permiten. “Se trata de un ‘rodaje’ en la relación antes de afrontarla con plena dedicación”, matiza Lorena, una joven emprendedora volcada en levantar su negocio. “Ahora toca buscarme la vida. Cuando lo consiga, será el momento de plantearse otros retos personales”, comenta Lorena, que mantiene una relación ‘single’ desde hace dos años con un chico. “No se trata de egoísmo, sino de prioridades y respeto”, explica la joven empresaria, convencida de que mantener una distancia mínima con su pareja le permite afrontar sin agobios su agitada vida social y laboral. Lorena y Alfonso se definen como una pareja práctica sin condicionantes, y que respetan al máximo sus vidas. Para ambos, la confianza y la lealtad son los pilares de su relación, y tienen muy claro que ninguna persona debería tener el privilegio de cambiar la vida de nadie para llevar una relación más cómoda. “Alfonso corre maratones y no voy a impedir que participe en ellas para presumir de su compañía con mis amigas. De la misma manera, no voy a tolerar que se oponga a que me vaya de vacaciones con ellas cuando surja”, explica Lorena. Para esta joven pareja, vivir juntos no tiene porqué unir más, sobre todo, cuando uno de ellos trata de imponer su modo de vida. Al final es inevitable que uno tire más que el otro y surjan los problemas propios de la vida en pareja.

“Egoísmo es tratar de cambiar a tu pareja para no hacerlo tú”

“Compromiso y comprensión son dos valores muy importantes en las relaciones de ‘noviazgo eterno’ que mantenemos nosotros”, comenta Alfonso. “Se nos tacha muy fácilmente de egoístas por no querer asumir la responsabilidad de llevar una vida conjunta, pero es que realmente, la llevamos sin interferir en la vida del otro”, sentencia la pareja de Lorena. Alfonso no está de acuerdo con la opinión de los especialistas que afirman que para que una pareja evolucione es necesario que ambos se impliquen en la consecución de una meta común y en la satisfacción de las necesidades afectivas de ambos, sin descuidar la vida social de cada uno. “Para mí, Lorena es lo primero; por eso sus prioridades están por encima de mis caprichos”, comenta Alfonso, que sostiene que cada uno debe asumir sus responsabilidades sin tener que implicar a otro para su resolución. “Nuestra meta es la de amarnos, no la de utilizarnos para tener una vida más cómoda. Se empieza con un favor y sin saber porqué, acaba siendo una obligación. Ahí no se debe llegar nunca”, concluye Alfonso que afirma no tener envidia de otras parejas en las que más que amor lo que hay es una dependencia excesiva de uno sobre otro.

Singles con pareja, novios, rollos, matrimonios... cada relación de pareja se forja en un libro no escrito de acuerdos inimitables y únicos, que nadie debe valorar mientras ese libro haya sido escrito con el consenso de ambos. Son sus reglas, y si funcionan, que sean todo lo felices que puedan ser. Las parejas singles están ahí y cada vez son más.

Comentarios